Hike&Learn: Senderismo + Salto del pastor
El pasado domingo 27 disfrutamos de una mañana de senderismo en la que aprendimos sobre tradiciones con gran importancia en las raíces de la cultura isleña. El silbo canario junto al salto del pastor hicieron de la ruta todo un show de lo más natural y auténtico.
El silbo canario, más conocido como silbo gomero, es un lenguaje silbado practicado por los antiguos pobladores de las islas para comunicarse entre ellos a través de los barrancos y otras superficies de la isla. El silbo puede llegar escucharse hasta a 5km de distancia permitiendo así la comunicación entre pueblos sin necesidad de desplazamientos. El silbo fue declarado patrimonio etnográfico y se regularizó su aprendizaje en las escuelas de manera que no desapareciera en el tiempo, son muchas las personas que trabajan duro para que no se pierda y que las nuevas generaciones valoren este patrimonio inmaterial declarado por la Unesco.
Durante el camino nuestros guías nos mostraron sus habilidades silbando, ¡realmente hay que prestar atención si quieres aprender o entender lo que están diciendo! Puede que en un principio no entiendas absolutamente nada pero después de una breve explicación sobre cómo se pronuncian las palabras silbando, te das cuenta de que puedes entender más de lo que crees y que incluso, puede que te salgan algunas palabras. Quien sabe, a lo mejor regresas a casa siendo capaz de silbar un: ¡Buenos días!
Comenzamos el sendero junto a una pequeña presa donde un pequeño ejército de patos nos daba la bienvenida. Tras algunas explicaciones sobre la ruta y las condiciones del entorno y la misma, ascendimos unos 150 metros hasta llegar a la primera parada para quitarnos la chaqueta y beber agua quien lo necesitó. Rodeados de una orografía particular, el sendero se desarrolla por lo alto de una loma permitiéndonos disfrutar a ambos lados del paisaje. La parada principal, además de mostrarnos algunas curiosidades del entorno, fue toda una introducción al salto del pastor de manera que a raíz de estos conocimientos básicos sobre su uso y proveniencia, pudiéramos valorar mucho más la técnica que al final de la ruta tendríamos en práctica.
El salto del pastor surgió debido a las dificultades para desplazarse por el medio donde vivían los antiguos pobladores. Una forma rápida de superar todos esos saltos, barrancos y pequeños riscos fue usar un palo de madera conocido como “garrote” con una punta cuerno endurecido situada en el extremo inferior denominado “regatón”. Así, tenían plena libertad para moverse o cumplir funciones como llevar al ganado, el trabajo de los pastores requería de una ayuda y esto lo complementó bastante bien. Actualmente el regatón se fabrica de una sola pieza de acero.
Seguimos nuestro sendero por la cresta y pudimos ver un aguililla volando en círculos en lo alto, seguramente buscando su desayuno pero permitiéndonos disfrutar de su belleza. Durante todo el sendero los guías con garrote nos siguieron por distintos caminos realizando saltos y muestras de cómo se utiliza la herramienta además de silbándo frases simples para poner a prueba nuestra capacidad de escucha en la distancia.
Uno de los puntos más interesantes del camino fue a pie de un viejo Drago, un árbol cuyas propiedades se conocían desde las primeras poblaciones y cuya sangre se vuelve roja al entrar en contacto con el aire, de ahí su nombre drago o dragón.
Por un rato dejamos de verlos y llegamos ya casi al final de la ruta cuando en lo alto de la montaña divisamos a uno de los saltadores. ¿Realmente iba a bajar todo eso con el garrote?¿Era posible? Pues sí, lo hizo y bastante rápido además. Al llegar a nosotros ahí fue nuestro turno, nos habían preparado pequeños saltos para comenzar a familiarizarnos con el garrote y cómo utilizarlo, adictivo la verdad. Es en ese momento cuando te das cuenta de que hay que tener mucha técnica y que requiere bastante práctica para llegar a hacer un salto “normalito”, ¡pero no por ello íbamos a rendirnos!
Mientras unos saltaban otros nos alejamos para recibir una clase de silbo e intentar comprender aprendiendo a escuchar.
De esta manera, llegamos al final de la actividad, resultando enriquecedor y regresando a casa con mucho más que cuando nos habíamos ido.
¡Te esperamos en la aventura!